El pasado 30 de octubre, la ciudad de Antequera se convirtió en el punto de encuentro de un grupo de scouts y guías adultos para celebrar una jornada especial en torno a la Navidad y, sobre todo, para honrar la trayectoria de un amigo y hermano scout: Antonio J. Lillo, a quien se le otorgó la Huella de Akela 2024.
Visitas culturales:
Descubrimos Antequera La jornada se inició con un recorrido cultural por algunos de los tesoros más emblemáticos de Antequera. La primera parada fue el Dolmen de Menga, un conjunto prehistórico de impresionante magnitud. Para conocer cómo pudo construirse, asistimos a la proyección de un audiovisual en el Centro de Recepción. Nos hicimos fotos en aquel monumento megalítico y, al fondo, la Peña de los Enamorados, cuyo perfil recuerda una mujer durmiente mirando hacia el cielo. Esta visita nos permitió reflexionar sobre la historia, la conexión con la tierra y los valores de respeto hacia nuestro patrimonio, tan afines al espíritu de nuestras asociaciones.
A continuación, nos dirigimos al Museo de la Ciudad, con sede en el Palacio de Nájera, donde profundizamos en la rica historia de Antequera y de otras civilizaciones como la del Antiguo Egipto gracias a una exposición temporal con
muestras de arte funerario, divinidades, amuletos y otras piezas de la vida cotidiana. El recorrido por las diferentes salas permanentes nos permitió conocer distintas etapas históricas, con muestras emblemàticas como los restos de enterramiento de un antepasado o la estatua del Efebo de Antequera, un importante referente de la escultura romana en Hispania. Tuvimos ocasión de compartir conocimientos en un entrañable ambiente de amistad.
Almuerzo y merecido reconocimiento
La celebración tuvo lugar en el restaurante El Mercado, en la plaza de S. Francisco, con un almuerzo-comida de Navidad. Un abanico de sabores locales (porra antequerana, surtido de croquetas caseras, berenjenas con miel de caña, bacalao o presa, etc.) nos unió en torno a una larga mesa. Y tras los postres llegó el momento más esperado del día: la entrega de la Huella de Akela a Antonio J. Lillo Fernández. Se trata de una distinción que otorga anualmente la Asociación de Sevilla Akela. Su presidente, Fernando Pastor, comenzó el acto con la lectura de dos discursos elaborados por amigos que quisieron expresar su admiración y gratitud hacia el homenajeado. Destacó el papel fundamental de Antonio Lillo en el origen y constitución de la Asociación de escultismo adulto de Sevilla. Con la entrega de la Huella de Akela 2024 se reconocieron no solo sus méritos como organizador de la 30 Conferencia Mundial de Scouts y Guías AISG ISGF, sino también los valores que siempre ha demostrado: liderazgo, compromiso, fraternidad y profunda dedicación al movimiento scout. Antonio J. Lillo agradeció emocionado el reconocimiento con unas palabras en las que aludió a su compañera de vida, Toñi Fernández, su incondicional apoyo, a quien también se le obsequió con un ramo de flores.
Un día para recordar
Este encuentro en Antequera rindió tributo a scouts que dejan su huella en la comunidad, pero también fue un recordatorio del valor de las personas y de las asociaciones, como Akela de Sevilla, que no solo promueven los ideales del escultismo, sino que también tienen la generosidad y el compromiso de reconocer a quienes encarnan esos valores día tras día.
