Riberas con Historia: IV etapa, el Viar-Cantillana

Puente del Viar. Iniciamos la ruta.

Como tiene por costumbre, la guilda SendeRitmo de AKELA nos regaló una magnífica caminata matutina el pasado domingo, 17 de febrero, al paraje de “Las Asperillas”, en Cantillana, nombre que ha sido pronunciado de muchas y enriquecedoras variantes por los scouts, que, a lo largo de los años, la hemos visitado; cuestión esta que pudimos comprobar a lo largo del día, entre risas, reservando la jornada de la tarde para conocer algo de la historia y cultura de la única población por donde discurre el río Viar, Cantillana.

Junto a la propia caminata, un nivel I de unos once kilómetros aproximadamente, entre ida y vuelta, lo realmente destacado fue la convivencia generada; una concordia que fomenta esa fraternidad de la que siempre hemos hecho gala, y que ya Don Roberto la formuló como cuarta Ley Scout, aquella que reza: “El Scout es amigo de todos y hermano de cualquier Scout, sin distinción de credo, raza o clase social. Va más allá haciéndose hermano de todos” (esto último parece un feliz añadido reciente). En cualquier caso, es muy reconfortante ese sentido de hermandad, de grata compañía, de estar entre hermanos con los que compartes caminos, comidas e incluso escuchar el trino de los pájaros. ¡Qué magnífica idea la de atraer pájaros con un reclamo pregrabado permitiendo interactuar a los que se sentían llamados a la conversación! Un momento mágico, sin duda, vivido por todos en completo silencio.

Y no lo fue menos el de limpiar la zona de cuantas botellas de cristal y plástico, restos de comidas y otros desperdicios que anteriores visitantes, quizás más centrados en su propia diversión, o menos concienciados de la limpieza de la naturaleza, o sencillamente más sucios, habían dejado allí, permitiéndonos realizar nuestra Buena Acción Colectiva, lo que agradecimos. Toda una hazaña, incluido el transporte de las bolsas de basura hasta el contenedor más próximo, el de la rotonda del Viaducto sobre el Viar. Una lástima que el sitio y sus accesos no estén protegidos bajo alguna figura medioambiental.             

Hacia el mediodía hicimos el intermedio en un restaurante, hoy llamado Casa Navío, en lo que fuera la Venta Tomás, de toda la vida, fundada en 1.932 y el lugar de llegada y partida de muchos grupos scouts que, en los años 60, iban y venían desde Sevilla para acampar en la ribera.

No debemos olvidar la visita a la ciudad. Un paseo relajado e instructivo en torno a la obra del malogrado artista local Ocaña, con sus cuadros de una modernidad insuperable, aunque bien fundamentados en la cultura del pueblo; la visita a los restos arqueológicos romanos (el antiguo puerto sobre el Guadalquivir) o árabes (la torre del reloj como único resto) Interesante también la vista de la casa que habitó don Blas Infante en su primer destino como notario, o el sencillo e íntimo monumento a Abu Madyan, cantillanero del siglo XII, del que dicen fue el primer sufí de la historia e inspirador del gran Ib’n Arabí.

El antiguo puerto romano; los restos del mosaico de los delfines, expuesto en el Museo de Historia Local; la Parroquia de la Asunción y la plaza del Caño con el mosaico dedicado a la figura de Abu Madyan.

No menos interesante resultó la agradable conversación con Doña Margarita, que nos acogió en un exuberante rincón del pueblo, pleno de naranjos y flores en maceta, mostrándonos, a la vez, la excelente labor de punto de un mantón de Manila, que atrajo la atención de todos y todas.

Queda por agradecer la acogida de que fuimos objeto por parte de los vecinos de la localidad, tanto del restaurante, como de Dª Margarita, o Ramón Barragán, autor del libro ABU MADYAN, EL AMIGO DE DIOS, que nos ilustró con su conocimiento sobre el sufismo y esta figura tan especial y desconocida y a Asunción Díaz, Técnica de Cultura, que nos ayudó en la gestión de la visita a los museos.

Para concluir, lo más importante de todo, las sensaciones que nos causó la jornada, vivida en un magnífico ambiente y que se pueden contener en las propias opiniones de los participantes:

Al finalizar, y ya desde nuestros hogares, compartimos el feliz regreso de todos, expresando agradecimientos y opiniones acerca de lo vivido y de lo sentido.

“Un abuelo me decía, que ahora vivimos más en un día que él en un año… Creo que es cierto… De este día, en la ruta por Cantillana, me llevo el encuentro y abrazos de gente cariñosa y en PAZ…. Me llevo imágenes de tonos verdes y naranjas y de piedras oníricas… Una comida divertida y con buena conversación…. Unos guías didácticos y amenos que nos motivaron para la próxima ruta…. Ese pintor, traspasando líneas morales, inmortalizando costumbres y pintando la luna y las vidas de colores…. Y más….

La humildad y la generosidad de todos tiene la virtud de hacer inolvidables los momentos

Hacía tiempo que no echaba un día así.

Día precioso y con muy buena compañía… así da gusto

Cansados pero muy contentos.

Organización de diez, el día precioso, la comida EXAGERADA y la compañía… inmejorable.”

En definitiva, un gran día, pleno de experiencias, con un tiempo meteorológico tan ajustado a lo que necesitábamos que ni hecho por encargo. Un día que nos ha abierto el apetito y del que solo nos resta preguntar a la guilda de SendeRitmo, cuándo es la próxima caminata.

 

Gracias a todos por todo

Hasta la próxima

 

 

Marcar como favorito enlace permanente.

Comentarios cerrados.